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Hola estimado lector, gracias por visitar este blog. Espero que disfrutes de su contenido, aquí podrás encontrar las leyendas y los mitos que narran los habitantes de Tacna.

lunes, 22 de junio de 2015

La piedra rajada

La piedra rajada



Se trata de una inmensa peña que se halla en el fondo de la quebrada Ticalaco. En la margen izquierda del río del mismo nombre. Posee en su lado occidental dos pequeñas pinturas rupestres. Se caracteriza por estar partida en dos inmensos bloques. La tradición indica que quedó partida al caerle un rayo, por lo cual se le llama también "Piedra del Rayo" o "Rayuni". Cuenta la leyenda, que a partir de las 12 de la noche aparecen en el lugar, sirenas que cautivan a los caminantes solitarios y los desaparecen. También se cree, que allí habita una gigantesca serpiente mítica. 

Esta piedra rajada llamada así está situada a orillas del río Ticalaco, por debajo de la carretera que va desde Tarata a Ticaco. La piedra rajada está rodeada de barrancos donde de noche salen muchas sirenas. Los antiguos pobladores ceuntan que al anochecer misteriosamente aparece una sirena entonando lindas canciones de amor al compás de su guitarra de oro. La sirena tiene por costumbre besar a las personas solitarias a fin encantarlas durante la oscuridad de la noche.
Cuenta la leyenda que cierto día comenzó a llover granizada, acompañada de  truenos, vientos muy fuertes, relámpagos  y justo un  trueno  de enormes dimensiones había caído en la piedra, fraccionándola en dos partes, que hasta hoy cualquier persona lo puede apreciar. Frente a este hecho la gente comenta que la sirena habría desaparecido convirtiéndose en una culebra y junto a un cóndor quedaron sellados para siempre en la piedra.

Estos hechos se produjeron en los tiempos de la Colonia y la guerra con Chile. Actualmente los pobladores de Ticaco comentan y algunos hasta aseguran que si  una persona va a la piedra rajada por la media noche y deja su guitarra, o cualquier instrumento, saldrá una sirena y lo afinara.

La Danza del Cóndor

La danza del Cóndor


Ya habían pasado 2 largos años, 2 meses y 26 días desde que el Tika Haku no recibía la tradicional lluvia de inicio de cosecha. Él pequeño pueblo localizado a 2500km. sureste de una ciudad moderna donde la viva es muy agitada. En tal pueblo con forma de serpiente, vivía preocupado por los acontecimientos ocurridos por ello, un anciano sabio que podía leer la hoja de coca y que pudo observar a través de las hojas de dicha planta la gravedad del problema.

Los campesinos al ver sus cosechas secas y arruinadas, sus animales muertos, y además tenían que soportar día a día la inmensa calor y las fatales consecuencias de la sequía; todo esto indicaba que “la madre tierra estaba molesta”. Por ello decidieron acudir al viejo sabio Karumi quien le dio una lectura de la hoja de coca y les dijo ''Los terribles sucesos que ocurrieron fue producido por la desordenada vida de los citadinos, quienes con sus fábricas hicieron que la madre tierra enfermara, lo cual hizo que la calor aumente y esto repercutía en el pueblo lo que hacía que los danzantes del Komayle huyeran en busca de nuevos hogares más arriba de los antiguos nevados''.
Todos se preguntaban quiénes eran esos danzantes y si eso tenía que ver con la sequía que estaban pasando, entonces el anciano le dijo que la danza de los cóndores era el ritual más importante para evitar las sequias.


La “madre tierra” al ver a sus hijos estaban acongojados por el gran problema de la sequía que los citadinos habían producido, ella saco todas las pocas fuerzas que le quedaban para que el 25 de junio haga frío en el Tika Haku, para que así los cóndores bajen a su antiguo hogar y puedan realizar el ritual. Así se podrán solucionar el tema de la sequía y además el ritual ayudaría en su recuperación.
Karumi emocionado por las noticias que le había dado las hojas de coca, fue rápido a comunicar de puerta en puerta, que el 25 de junio la madre tierra hará todo lo posible para que los cóndores bajen al cerro Komayle y así puedan realizar el ritual completo con dichas aves. Todos los pueblerinos saltaron de alegría por dicha noticia, así que iniciaron los preparativos para que todo salga como lo planearon.

El gran día llego todos se levantaron con el sonido de las aves que cantaban sin cesar, la gente salió de sus casas para encontrarse en el lugar donde se iban a reunir para ir todos juntos.
Las mujeres llevaban polleras rosadas como sus mejillas y verde como sus campos de cultivo antes de la sequía, traían puesto una blusa blanca como sus nevados bien adornados con cintas, un sombrero negro y cintas en la punta de sus largas trenzas. Por el otro lado los hombres llevaban en sus pies ojotas, pantalón negro, camisa blanca y también traían un sombrero de cuero negro. Así toda la gente del pueblo subió cantando y bailando a acompañado por el sonido del charango, la guitarra y quena que tocaban hermosamente por la alegría que todo el pueblo producía. Cuando llegaron al cerro Komayle, tras bailar media hora con todas las ganas que tenían, pensaron que nunca llegarían los cóndores, pero por la punta de un cerro nevado apareció un cóndor muy grande y poco después aparecieron otros más. Y entonces toda la gente se puso a bailar junto con los cóndores que tenían las alas muy largas y en los cuellos parecía que traían un pedazo de nube como chalina, las aves hicieron una espectacular rutina de vuelo en el cielo serrano como el mar. Cuando la últim

a nota musical sonó, a Karumi le calló una grande gota en su mejilla y después empezó a llover  como nunca había llovido antes, pero a la gente del pueblo ni a los cóndores le importaba pues ya todo iría bien , los cóndores regresarían a su casa ,el Komayle, y los campesino sacarían una buena cosecha . Todos regresaron cantando dejando a los cóndores en su casa, la gente llegó al pueblo y hubo una gran fiesta, pues la danza que ellos realizaban junto con los cóndores era de gran importancia porque les daba vida, porque les daba agua.



Al siguiente año la “madre tierra” disfrutó la gran ritual que realizan sus hijos del pueblo Tika Haku y de sus amigos los cóndores, aves del cielo andino, la danza de los cóndores.

La piedra del Matrimonio

La piedra del Matrimonio




Antes de llegar a Tarata, pasamos por una formación geológica particular que ha generado una de las leyendas más conocidas del lugar.

Se le conoce como la piedra del matrimonio, se encuentra ubicada en el distrito de Estike Pampa, se llega a ella al bajar de la Apacheta e internarse en el valle. Consiste en una gran roca de forma caprichosa, que ha dado lugar a una antigua leyenda local, que recuerda el amor de una pareja de jóvenes amantes, quienes al ver frustrados sus sentimientos por oposición de sus familias, pierden incluso la vida, pero convertidos en piedra, superan a la muerte en un eterno abrazo.

Cuentan los antepasados que una pareja de enamorados que venían de la parte alta de Tarata dispuestos a casarse, debido a que sus padres no aceptaban la relación que había entre ellos ni ese amor tan inmenso que ambos se tenían, por eso decidieron fugarse juntos. Los jóvenes enamorados caminaron tanto que se les dificulto el caminar por la oscuridad de la noche, ellos se encontraban en la parte del río Estique cerca de la carretera que en ese entonces era un camino de herradura (camino estrecho por el que solo pueden transitar caballerías), actualmente denominado Culata; se sentaron a descansar porque no podían seguir caminando ya que la noche los cubría como un manto negro.

Cuando estuvieron descansando a eso de la media noche escucharon el sonido de la campanita que usan los sacerdotes en misa, se despertaron y vieron una iglesia abierta, bien iluminada y dentro de ella había un sacerdote; ellos temerosos y a la vez ilusionados se levantaron y entraron en ella, se casaron y nunca más salieron, pues cuando el alba del amanecer apareció quedaron convertidos en piedra; es por eso que se ve en el lugar una pareja de novios y a un sacerdote casandolos, todos convertidos en piedra.

Los pobladores creen que al ir al lugar y prender velas rojas en pareja es augurio de matrimonio.

jueves, 18 de junio de 2015

Los Gentiles de Paramarka

Los Gentiles de Paramarka




Paramarka se ubica en la cumbre del cerro de Paramarka, hacia el noroeste del pueblo de Ticaco, en la provincia de Tarata, región Tacna, es un resto arqueológico que vale la pena conocer, no sólo por su valor cultural, sino también por su belleza y la gran cantidad de historias que alberga este lugar, entre ellas tenemos la leyenda, ''Los Gentiles de Paramarka''.

Los antiguos pobladores de Ticaco, cuentan que, hace muchos años, cuando los reinos aymaras empezaron  a colonizar la sierra de Tacna, vinieron a establecerse a estas tierras unos hombrecillos de pequeña estatura a quienes se les llamaba ''Gentiles'' quienes construyeron sus viviendas en la zona denominada Paramarka.

A ellos se les atribuyen poderes mágicos y hasta la fecha hay quienes aseguran haberlos encontrado en medio del camino inca que conduce de Tarata a Ticaco; los Gentiles juegan bromas, ya que su apariencia infantil hace que las personas que los vean los confundan con niños, de lo cual se aprovechan para hacer sus travesuras.

Una leyenda muy difundida entre los pobladores de Ticaco cuenta que, una noche, un señor que andaba montando a caballo encontró en su camino un atado; pensando en que su dueño vivía en el pueblo, decidió recogerlo para entregarlo a su propietario. Lo acomodó en su caballo junto a su pecho y continuó el camino.

Después de haber avanzado un buen trecho, sintió que algo se movía en el atado y decidió abrirlo. Su sorpresa fue grande cuando descubrió una pequeña criatura dentro, quien se dirigió a el diciendo: ''Buen hombre no temas, sólo te pido que me lleves hasta el pueblo''.

El hombre desconcertado con el aspecto de adulto de este pequeño, decidió concederle su pedido y lo llevó hasta el pueblo, lo cual el Gentil agradeció concediéndole un don.

Una vez en casa, el caballero contó esta historia a su familia; quienes asombrados por el relato lo fueron repitiendo de generación en generación.


lunes, 15 de junio de 2015

El pago a las tinieblas

El pago a las tinieblas


Una legendaria laguna de Aricota, llena de misterio oculto, se dice que para utilizar sus aguas tuvieron que hacer entrega de seres humanos como pago a las tinieblas por dos oportunidades.



Para el primer pago tuvieron que reunir varios niños, a quienes los invitaron a participar de un banquete, estos fueron llevados con engaños a la orilla de la laguna, donde se encontraba una mesa bien adornada, sobre ella se encontraba comida, dulces y gaseosas. Los niños conforme iban disfrutando del banquete, eran atendidos con gaseosas pero mezcladas con licor, mientras bebían se fueron mareando, llenos de euforia entre juegos y risas. De pronto las aguas desaparecieron y se abrió una puerta enorme, en el interior se veía una enorme ciudad iluminada, los niños ingresaron comiendo sus galletas y bebiendo gaseosas; y en medio de risas y juegos se fueron, desapareciendo en el fondo de la ciudad.

El segundo pago fue con una delegación de Japón, dentro del grupo había una dama muy jovial y hermosa.



Llegando a Curibaya, la delegación se abasteció de alimentos y bebidas, buscaron una vitrola (antiguo aparato eléctrico de reproducción del sonido) para poner la música y por la noche se dirigieron a las orillas de la laguna para preparar la entrega. Siendo las doce de la noche, la dama se encontraba embriagada, entonces la invitaron a bailar, mientras bailaba se levantó un remolino que envolvió a la dama, la cual empezó a desaparecer en el fondo de la laguna.

Muchos arrieros (personas que se dedican a transportar animales de carga) y viajantes experimentaron, que a partir de las once de la noche, se escuchaba las risas y juegos de los niños, y la voz de una dama que te llama. Según cuentan los pobladores, las personas de fuerte coraje logran pasar por la laguna, y las personas de débil se encantan o se vuelven locos.

domingo, 14 de junio de 2015

La cabeza voladora de Cairani

La cabeza voladora de Cairani



Era yo, un mozalbete (muchacho de pocos años) de 5 o 6 años aproximadamente, en ese tiempo vivía en la casa de mis abuelos en un pueblo llamado Cairani o ''Posito de Plata'', llamado así por el gran movimiento de joyas en base a plata que en tiempos del auge de arriaje por dicho lugar se mostraba, Cairani, perteneciente al distrito del mismo nombre, provincia de Candarave, departamento de Tacna, ciudad al sur del Perú.

En una noche de Luna llena, por la madrugada, se me dió por ir a orinar, y para ello tenía que pasar el patio, luego una regular huerta, y llegar al área de los corrales (lugar donde se guarda al ganado), y por la pereza lo más que llegué fue al pequeño zaguán (puerta de la huerta) de acceso a la huerta; frente al cual se encontraba una especie de árbol no a mucha distancia algo más a dos metros de la puerta al arbusto, por cuyo lugar pasaba una pequeña acequia (canal donde pasa agua) lugar en el cual me dispuse a orinar, en compañía de un perro de la casa.

Estaba yo muy confiado en vista de la claridad del momento, sin embargo el perro se mostraba algo inquieto; ladraba y ladraba desenfrenadamente, creí que se trataba de un gato trepado en el arbusto; así que procedí a coger cuanta piedra hallaba, para tirarla al arbusto, a fin de que el gato salga. Grande fue mi sorpresa al ver un bulto de forma circular muy parecido a una cebolla, logré ver con claridad un rostro humano muy lastimado por efecto de las ramas, de gran cabellera, la misma que se enredó en las ramas, quedé estático por un instante, solo mi perro ladraba desenfrenadamente tirando de mi pantalón. Al reaccionar solo atiné a correr a toda velocidad al dormitorio, trancando la puerta con cuanta cosa encontré, avisé a mi tío, quien sólo atinó a decirme que de seguro era un Kac Kac, o cabeza voladora. Asustado volví a mi habitación, me sumergí en mi cama, tapándome de cuerpo entero con las frazadas y por la mañana sólo encontré al perro muerto.